Violencia hacia los maestros
En una sesión dedicada a nuestra asignatura pudimos conocer de manera cercana un caso real de violencia de un alumno hacia una maestra. La maestra en cuestión, fue la que nos informó de ese trágico suceso que ha vivido y, que actualmente sucede en muchos centros educativos españoles.
Se trata de un tema de extrema actualidad puesto que si analizamos las tasas de violencia de hace bastante años con las actuales, podemos comprobar que las tasas de hoy en día se han visto aumentadas vertiginosamente.
El suceso ha ocurrido en un instituto de nuestra ciudad en el que trabaja la maestra. El alumno que ya contaba con hechos violentos anteriores, decidió empujar y tirar al suelo a la maestra, cuando ésta decidió retirarle el teléfono móvil porque impedía el transcurso normas de clase y molestaba al resto de compañeros.
El alumno en ningún momento se arrepintió e incluso realizó amenazas hacia la maestra una vez que finalizó el incidente.
Las consecuencias de todo esto se resume en que el centro escolar expulsó al alumno del centro y mostró su apoyo a la maestra. La maestra se ha negado a denunciar la situación por temor a posibles represalias y para conseguir volver a la calma lo antes posible.
La psicopedagoga del instituto no ha intervenido aunque ha mostrado su apoyo a la maestra.
¿Cuáles son los posibles problemas de las actuaciones realizadas? Quizás, que apenas se han tomado actuaciones o las que se han llevado a cabo no son las más convenientes.
Desde mi punto de vista, creo que el problema se podía haber evitado si el alumno desde un primer momento hubiese sido tratado por la psicopedagoga del centro, analizando los problemas que tiene, las causas de estos y las posibles soluciones. Siempre y cuando estas soluciones se lleven a la práctica porque sino no sirve de nada que quede en papel.
El centro debería dejarse más la piel en ese tipo de problemas, puesto que en nuestra ciudad es quizás uno de los más conflictivos respecto a estas situaciones. Dar a conocer a los familiares de todos los alumnos las consecuencias de los actos violentos de sus hijos y concienciarlos de que ellos forman parte esencial para ese cambio.
No es de extrañar que la maestra haya decidido no denunciar, porque ¿qué conllevaría una denuncia?, posiblemente más cosas negativas que positivas para todos. Todos sabemos como se encuentra la legislación para los menores de edad...
Con este suceso, volvemos a retomar la idea de ¿qué podemos hacer para acabar con la violencia en las escuelas? Dónde queda aquel profesor de tiempos anteriores que imponía a todos los alumnos y donde no había cabida para faltas de respeto.
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